OTTO
POESIE DI SILVINA OCAMPO
Otto
poesie di Silvina Ocampo, notevole scrittrice argentina del secolo
scorso, che occupa quasi tutto per intero. Moglie di Bioy Casares e
amica di Borges, era, insieme alla sorella Victoria, fondatrice della
rivista Sur, il centro intellettuale di una Buenos Aires in
pieno fermento artistico, teatrale e letterario., oltre che musicale.
Il testo spagnolo va pronunciato con la pronuncia argentina, e dunque
s, c, z equiparate in un comune suono s,
e y seguita da vocale e la doppia l (ll) seguita
da vocale, pronunciate come la j francese di Jean o, meglio,
inglese di James. Tale pronuncia è essenziale per la correttezza
delle rime: caza e casa (caccia e casa), per esempio, fanno rima, che
sarebbe impossibile con la pronuncia iberica. Bioy Casares racconta
che quando annunciò a un amico che si sarebbe sposato (casar) questi
disse: non sapevo che ti piace andare a caccia (cazar). Gli
argentini, giustamente, ci tengono a difendere le caratteristiche
della loro lingua e a distinguerla dallo spagnolo della Spagna. Come
gli statunitensi, del resto, del loro inglese (american english)
rispetto ai britannici. Silvina Ocampo, poi, adotta anche la
coniugazione e i pronomi tipici dei parlanti argentini: seconda
persona vos, invece di tu, vos sabés, tu sai, invece
di tu sabes degli spagnoli. Diversi anche gli imperativi: llevame
eso, in Spagna llévame eso. Portami quello. E’ diversa anche, come
si è detto sopra, la pronuncia della ll: argentino jevàme (j
di James), spagnolo gliévame (traslitterazione italiana).
Apparentemente,
queste poesie sembrano molto classiche. L’influsso “modernista”
si sente, però, nell’imprevedibilità degli accostamenti
metaforici. Così come il distacco, si direbbe la freddezza, delle
confessioni sentimentali. Abilissimo il dominio della prosodia e
l’uso delle rime, e delle assonanze (più diffuse nella poesia di
lingua spagnola che in italiano) spesso assimilate a una vera e
propria rima. Del resto il romance in ottonari, fin dal Medioevo, si
regge sulle assonanze dei versi pari. Ed è usato prevalentemente
come verso del dialogo nel teatro. La varietà e libertà metrica e
l’uso delle rime costituisce anzi un carattere distintivo del
teatro spagnolo, rispetto alla scena inglese o francese, e
rappresenta un aspetto non secondario del suo fascino e della sua
musicalità. La vida es sueño
(La vita è sogno) di
Calderón de la Barca o El perro del
hortelano (Il cane dell’ortolano)
di Félix Lope de Vega y Carpio devono
molto della loro straordinaria bellezza poetica e della loro
efficacia teatrale proprio alla duttilissima, libera, meravigliosa
varietà metrica e musicalità delle rime. Nella poesia di Silvina
Ocampo questa tradizione costituisce una sorta di sottotesto. Nessuna
citazione esplicita. Ma leggendo si è continuamente rinviati a versi
famosi di una lunga e straordinaria tradizione poetica come quella
spagnola. Per esempio, come non pensare a Teresa di Ávila,
nel sonetto “Quiero morir si de mi vida
no hallo” (voglio morire se della mia vita non trovo): “Vivo sin
vivir en mí
y tan alta vida espero, /que
muero porque no muero” (vivo senza vivere
in me e così alta vita spero, / che muoio perché non muoio).
Ma i nomi che si potrebbero fare sono
molti. Compresi, ai due estremi delle Americhe, il nicaraguense Rubén
Darío, in qualche modo padre dei
modernisti, e il cileno Pablo Neruda. Ma senza dimenticare
gli spagnoli Antonio Machado e la densa,
intensissima, esperienza umana e poetica di Pedro Salinas (“Hoy
estoy besando un beso; / estoy solo con mis labios” - sto
baciando un bacio: / sto solo con le mie labbra). Per non parlare di
un’altra grande poetessa argentina, Alfonsina
Storni, morta suicida nel 1938, a 46 anni,
buttandosi e affogando nel
mare di Mar del Plata, soggiorno estivo
anche di Silvina Ocampo, nella sua Villa Silvina.
Perché
ritorno a questi poeti? La poesia di ogni poeta è inimitabile. Tanto
più se di epoche diverse. I petrarchisti non sono Petrarca. Ma
qualcuno si avvicina alla sua grandezza. Almeno due: Giovanni della
Casa e Shakespeare. A parte, a sé, Michelangelo e John Donne. Ma
questi poeti americani e spagnoli ci dicono ancora oggi una cosa
essenziale: che non c’è poesia senza musica. Alfonso Berardinelli
scriveva qualche settimana fa, sul Sole24Ore, che
certi poeti italiani di oggi gli fanno rimpiangere endecasillabi e
rime. Be’, allora leggiamo questi endecasillabi di Silvina Ocampo,
ascoltiamo queste sue rime. Chi sa che non si riesca e riscoprire una
musica segreta anche della poesia italiana di oggi.
Fiano
Romano, 21 settembre 2018
en una forma, a veces horrorosa,
en la noche, en el barro, en cualquier cosa,
mi corazón entero arde en tu llama.
Y sé que el cielo entre tus labios me ama,
que el aire forma tu perfil de diosa
de oro y de piedra, sola y orgullosa,
que nadie existirá si no te llama.
Entre tus manos quedaré indefensa,
no viviré si no es para buscarte
y cruzaré el dolor para adorarte,
pues siempre me darás tu recompensa,
que es mucho más de lo que te he pedido
y casi todo lo que habré querido.
2. Los delfines no juegan en las olas
como la gente cree.
Los delfines se duermen bajando hasta el fondo del mar.
¿Qué buscan? No sé.
Cuando tocan el fin del agua
despiertan bruscamente
y vuelen a subir porque el mar es muy profundo
y cuando suben ¿qué buscan? No sé.
Y ven el cielo y les vuelve a dar sueño
y vuelven a bajar dormidos,
y vuelven a tocar el fondo del mar
y se despiertan y vuelen a subir.
Así son nuestros sueños.
3. Nos iremos, me iré con los que aman,
dejaré mis jardines y mi perro
aunque parezcas dura como el hierro
cuando los vientos vagabundos braman.
Nos iremos, tu voz, tu amor me llaman:
dejaré el son plateado del cencerro
aunque llegue a las luces del desierto
por ti, porque tus frases me reclaman.
Buscaré el mar por ti, por tus hechizos,
me echaré bajo el ala de la vela,
después que el barco zarpe cuando vuela
la sombra del adiós. Como en los fríos
lloraré la cabeza entre tu mano
lo que me diste y me negaste en vano.
4.
Qué ángel te librará de la
tristeza
y te despertará un precioso día
sin memoria de lo que te afligía
y te dirá al oído: "Escucha y cesa
tus llantos. En mis brazos no te pesa
la lentitud del tiempo ni la impía
delación de los hombres. Eres mía,
ya no eres de este vano mundo presa.
Asómate a esta fúlgida ventana
por tu dicha adornada. Ya el dolor
se marchitó como una larga flor
cuya sabiduría al fin te sana
al disolverse porque se convierte
en polvo, en ilusión, en otra suerte".
y te despertará un precioso día
sin memoria de lo que te afligía
y te dirá al oído: "Escucha y cesa
tus llantos. En mis brazos no te pesa
la lentitud del tiempo ni la impía
delación de los hombres. Eres mía,
ya no eres de este vano mundo presa.
Asómate a esta fúlgida ventana
por tu dicha adornada. Ya el dolor
se marchitó como una larga flor
cuya sabiduría al fin te sana
al disolverse porque se convierte
en polvo, en ilusión, en otra suerte".
5. Quiero morir si de mi vida no hallo
la meta del misterio que me guía,
quiero morir, volverme ciega y fría
como la planta que fulmina el rayo.
Si lo que ansío decir es lo que callo,
y si he de aborrecer lo que quería
sin asco y sin vergüenza hasta este día,
si todo lo que intento es mero ensayo,
será porque he vivido de mentiras.
Por no morir quiero morir. El viento
que suena entre los muros con sus liras
o el hibisco bermejo, o el fragmento
de la luna, siempre algo, hasta mi queja,
me deslumbra y me deja más perpleja.
6.
Quisiera ser tu predilecta
almohada
donde de noche apoyas tus orejas
para ser tu secreto y ser las rejas
de tu sueño: dormida o desvelada
ser tu puerta, tu luz cuando te alejas,
alguien que no trató de ser amada.
Huir de la ansiedad que está en mis quejas,
poder a veces ser lo que soy, nada,
no tener nunca miedo de perderte
con variación y honda infidelidad,
jamás llegar por nada a concederte
la tediosa y vulgar fidelidad
de los abandonados que prefieren
morir por no sufrir, y que no mueren.
donde de noche apoyas tus orejas
para ser tu secreto y ser las rejas
de tu sueño: dormida o desvelada
ser tu puerta, tu luz cuando te alejas,
alguien que no trató de ser amada.
Huir de la ansiedad que está en mis quejas,
poder a veces ser lo que soy, nada,
no tener nunca miedo de perderte
con variación y honda infidelidad,
jamás llegar por nada a concederte
la tediosa y vulgar fidelidad
de los abandonados que prefieren
morir por no sufrir, y que no mueren.
7.
Si la verdad se vuelve una mentira,
si se vuelve dolor la dicha aviesa,
si se vuelve alegría la tristeza
con sus falsas promesas cuando expira,
si la virtud a la cual en vano aspira
mi vida frustra la habitual promesa,
si el corazón de odio o de amor me pesa
y al helarse cual mármol, aún suspira.
Si no pude enmendarme al recibir
la ingratitud de los que más he amado
ni pude ensombrecerme al eximir
de mi cariño a los que me han colmado,
será porque los dioses me han herido
del inocente horror de haber nacido.
si se vuelve dolor la dicha aviesa,
si se vuelve alegría la tristeza
con sus falsas promesas cuando expira,
si la virtud a la cual en vano aspira
mi vida frustra la habitual promesa,
si el corazón de odio o de amor me pesa
y al helarse cual mármol, aún suspira.
Si no pude enmendarme al recibir
la ingratitud de los que más he amado
ni pude ensombrecerme al eximir
de mi cariño a los que me han colmado,
será porque los dioses me han herido
del inocente horror de haber nacido.
8. Si soy en vano ahora lo que fui,
como la blanda y persistente arena
donde se borra el paso que la ordena,
no he sufrido bastante, amor, por ti.
Ah, si me hubieras dado sólo pena
y no la infiel intrépida alegría
tu crueldad no me lastimaría,
no podría apresarme tu cadena.
Quiero amarte y no amarte como te amo;
ser tan impersonal como las rosas;
como el árbol con ramas luminosas
no exigir nunca dichas que hoy reclamo;
alejarme, perderme, abandonarte,
con mi infidelidad recuperarte.
1.
A volte ti contemplo in un ramo,
in
una forma, a volte orribile,
nella
notte, nel fango, in qualunque cosa,
intero
il mio cuore arde nella tua fiamma.
E
so che il cielo tra le tue labbra mi ama,
che
l’aria forma il tuo profilo di dea,
di
oro e di pietra, sola e orgogliosa,
che
nessuno esisterà se non ti chiama.
Tra
le tue mani resterò indifesa,
non
vivrò se non è per cercarti
e
incrocerò il dolore per adorarti,
perché
sempre mi darai la tua ricompensa,
che
è molto più di ciò che ti ho chiesto
e
tutto quasi di ciò che avrò amato.
2.
I delfini non giocano con le onde
come
crede la gente.
I
delfini dormono scendendo fino al fondo del mare.
Che
cercano? Non lo so.
Quando
toccano la fine dell’acqua
si
svegliano bruscamente
e
tornano a salire perché il mare è molto profondo
e
quando salgono, che cercano? Non lo so.
E
vedono il cielo e li ripiglia il sonno
e
tornano a scendere addormentati,
e
tornano a toccare il fondo del mare
e
si svegliano e tornano a salire.
Così
sono i nostri sogni.
3.
Ce ne andremo, me ne andrò con quelli che amano,
lascerò
i miei giardini e il mio cane
anche
se sembrerai dura come il ferro
quando
i venti vagabondi bramano.
Ce
ne andremo, la tua voce, il tuo amore mi chiamano:
lascerò
il suono piatto del campanaccio
anche
se arrivo alle luci del deserto
per
te, perché le tue frasi mi reclamano.
Cercherò
il mare per te, per i tuoi sortilegi,
mi
butterò sotto l’ala della vela,
dopo
che il battello salpi quando vola
l’ombra
dell’addio. Come quando fa freddo
piangerò
la testa nella tua mano
ciò
che mi desti e mi negasti invano.
4.
Che angelo ti libererà dalla tristezza
e
ti sveglierà un prezioso giorno
senza
memoria di ciò che ti affliggeva
e
ti dirà all’orecchio: “Ascolta e cessa
i
tuoi pianti. Tra le mie braccia non ti pesa
la
lentezza del tempo né l’empia
delazione
degli uomini. Sei mia,
non
sei più di questo vano mondo prigioniera.
Affàcciati
a questa fulgida finestra
per
la tua felicità adornata. Ormai il dolore
s’è
marcito come un lungo fiore
la
cui saggezza finalmente ti risana
al
dissolversi perché si converte
in
polvere, in illusione, in altra sorte.
5.
Voglio morire se della mia vita non trovo
la
meta del mistero che mi guida,
voglio
morire, diventare cieca e fredda
come
la pianta che brucia il fulmine.
Se
ciò che anelo dire è ciò che taccio,
e
se devo aborrire ciò che amavo
senza
schifo e senza vergogna fino a questo giorno,
se
tutto ciò che mi prefiggo è puro tentativo,
sarà
perché sono vissuta di menzogne.
Per
non morire voglio morire. Il vento
che
suona tra i muri con le sue lire
e
l’ibisco vermiglio, o il frammento
della
luna, sempre qualcosa, perfino il mio lamento,
mi
abbaglia e mi lascia più perplessa.
6.
Vorrei essere il tuo prediletto cuscino
dove
di notte appoggi le tue orecchie
per
essere il tuo segreto ed essere le grate
del
tuo sogno: addormentato o svegliata
essere
la tua porta, la tua luce quando ti allontani,
qualcuna
che non cercò di essere amata.
Fuggire
dall’ansia che c’è nei miei lamenti,
potere
a volte essere ciò che sono, niente,
non
avere mai paura di perderti
con
variazione e profonda infedeltà,
non
arrivare mai per niente a concederti
la
tediosa e volgare fedeltà
degli
abbandonati che preferiscono
morire
per non soffrire, e che non muoiono.
7.
Se la verità diventa una menzogna,
se
diventa dolore la felicità obliqua,
se
diventa gioia la tristezza
con
le sua false promesse quando spira,
se
la virtù a cui invano aspira
la
mia vita frustra l’abituale promessa,
se
il cuore per odio o per amore mi pesa
e
al gelarsi come marmo, ancora sospira.
Se
non potei emendarmi ad incassare
ingratitudine
da chi più ho amato
né
potei rattristarmi all’esentare
del
mio affetto chi me ne ha colmato,
sarà
perché gli dei mi hanno ferita
con
l’innocente orrore di essere nata.
Se
sono invano adesso ciò che fui,
come
la vana e persistente sabbia
dove
si cancella il passo che la misura,
non
ho sofferto abbastanza, amore, per te.
8.
Ah, se mi avessi dato solo pena,
e
non quell’infedele intrepida gioia
la
tua crudeltà non mi farebbe male
né
potrebbe catturarmi la tua catena.
Voglio
amarti e non amarti come ti amo;
essere
impersonale così come le rose;
come
l’albero con rami luminosi
non
esigere mai felicità che oggi reclamo:
allontanarmi,
perdermi, abbandonarti,
con
la mia infedeltà ricuperarti.
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